Noches como esta,
sólo tengo ganas de que vengas a verme. Salir de la ducha y encontrarte en la
puerta. Que haga diez minutos que estás esperando. Helado de frío. Sorpréndeme. ¿No
has salido? No tengo ganas. Pues yo tampoco. Y después de esto, elegir una
película. Que no quieras ver ninguna romántica, pero te aguantes porque sabes
que a mí me encantan. Sentarnos en el sofá. Que me despeines, que te rías de mi
pijama de niña, me hagas cosquillas en los pies y me mates a besos. Me tapes
los ojos en la escena que chico y chica se besan y me digas “no apto para
menores” y me des un beso. Entonces, que yo te diga “pues esto tampoco es apto”
y no quiera darte más besos. Hasta que no pueda resistirme a tus provocaciones
y acabe cediendo. Y que me digas “sabía que no aguantarías” Y yo me pique otra
vez, inútilmente. Siempre acabaría cediendo. Luego apagarías la tele y me
dirías que hay cosas más interesantes que hacer... Y me llevarías al puto
paraíso.

No hay comentarios:
Publicar un comentario